Mi sensibilidad, empatía y amor como madre.
Mi experiencia con 15 años de especialidad como Pediatra.
La evidencia científica integrada a la medicina funcional.
La enfermedad de un niño/a no es un hecho aislado, sino la expresión compleja de múltiples causas que se entrelazan, su cuerpo habla mediante múltiples síntomas que deben ser interpretados y tratados desde un TODO: su cuerpo, mente, emociones, alma, vínculos y su entorno.
Hoy ya no alcanza con buscar "el órgano dañado o el síntoma que aparece y se repite..." es necesario buscar la raíz del problema, el terreno alterado.
Mi misión es acompañar a los niños y a sus familias para prevenir enfermedades, favorecer un desarrollo saludable y potenciar la calidad de vida, creando hábitos que trasciendan la infancia, perduren y se sostengan para toda la vida.
La pediatría integrativa me permite unir los avances de la medicina con herramientas preventivas y de cuidado natural, siempre desde la evidencia científica y con una mirada respetuosa hacia cada familia, adaptando cada decisión y tratamiento de manera individualizada.
Mi misión es acompañar a los niños y a sus familias para prevenir enfermedades, favorecer un desarrollo saludable y potenciar la calidad de vida, creando hábitos que trasciendan la infancia, perduren y se sostengan para toda la vida.
Elegí formarme como puericultora para acompañar a las familias en un momento único: el inicio de la vida, donde surgen dudas, miedos y también la oportunidad de construir vínculos fuertes y seguros.
Ser puericultora me permite brindar herramientas prácticas y sostén emocional, siempre desde la ciencia, la calidez y el respeto por cada mamá, bebé y familias.
Los beneficios de la leche humana como alimento, vínculo y salud son maravillosos, pero también en la puericultura se dedica a de acompañar a esas familias cuya lactancia no pudo ser como soñaban, ofreciendo sostén, respeto y alternativas sanas. Celebrando todas las lactancias y abrazando con empatía cada historia distinta.
Es un enfoque que combina amor, respeto y comunicación con límites claros y coherentes. No se trata de” permitir todo” , sino de guiar al niño con firmeza y empatía, creando un entorno seguro donde pueda desarrollarse con confianza y bienestar.
Busca acompañar a los niños con respeto, amor y límites claros, fomentando la confianza, la autonomía y el vínculo saludable con sus familias.
No se trata de criar “perfecto”, sino de construir juntos un entorno donde cada niño pueda crecer seguro, escuchado y feliz.